La superficie terrestre cuenta con agua gracias a la desgasificación del manto (forºmado por rocas en disolución sólida con sustancias volátiles como el agua). El agua del manto emana a través de los procesos hidrotermales y de la acción de los volcanes. En el nivel superior de la atmósfera, por otra parte, la radiación solar genera la fotólisis del agua, lo que rompe sus moléculas y produce hidrógeno.
Los procesos de cambio de estado y transporte del agua forman lo que se conoce como ciclo del agua o ciclo hidrológico. La Tierra tiene la particularidad de ser el único planeta del Sistema Solar que cuenta con agua en estado líquido de manera continuada. El 71% de la superficie terrestre, de hecho, está cubierto por agua líquida.
La hidrósfera, por lo tanto, presenta agua en diferentes estados, ya que además de los océanos, los ríos y los lagos, cuenta con agua en los glaciares, las nubes de la atmósfera, las fuentes subterráneas y hasta en la biosfera (seres humanos, animales y plantas).
Se estima que la hidrósfera alberga unos 1.300 trillones de litros de agua. Más del 97% se halla en los océanos, mientras que poco más del 2% aparece en los casquetes polares. El resto se reparte entre los acuíferos, los lagos, los mares interiores, la humedad del suelo, la atmósfera y los ríos.

Hidrósfera